SÓLO PARA ENTERADOS Húbert Ochoa (twitter: @huberochoa)
* LA LEY DE HERODES A LA CHIAPANECA
*¿USTED SABE EN DÓNDE ESTÁN LOS QUE ROBARON?
*EL ALCALDE DE CHIAPA DE CORZO DEBE SER INVESTIGADO
PILLOS
La película La Ley de Herodes, con el actor Damián Alcázar, es una radiografía puntual del México nuestro. Aquí en la mayoría de los casos se perdona la corrupción, jamás la deslealtad. Ese ha sido desde Tata Lázaro para acá un patrón que se robustece en una clase política trampera, trinquetera y abusiva.
En el sexenio 2006-2012 en Chiapas se emuló sin piedad el ejemplo que en la Ley de Herodes se traza con sarcasmo y humor negro. Esos seis años resultaron francamente desastrosos para Chiapas por los altos niveles de corrupción y complicidad que tejieron los funcionarios de la elite para solaparse y robar descaradamente el peculio de los chiapanecos.
La docena trágica que a los chiapanecos nos cayó como una maldición nos llevó, incluso, a preguntarle y reclamarle a Diosito qué estábamos pagando para que se ensañaran de esa manera con nosotros si ya nuestro pueblo ancestralmente ha soportado conquistas, hambre, pobreza, desnutrición, analfabetismo y fratricidios.
Dios, tan ocupado como está, quizá se olvidó de nosotros durante esos doce años. Con el Calígula Pablo Salazar Mendiguchía se incubó el terror porque la impunidad parió basiliscos que no sólo se apropiaron del dinero del pueblo, sino además se convirtieron en su principal enemigo al usar el poder para la asechanza, el despotismo y las formas más feroces y abominables de agraviar.
Así supimos de Mariano Herrán Salvatti, el que le escribía cartas a la Santa Muerte. Herrán, semejante a Salazar Mendiguchía, su jefe y protector, se consideraba un pequeño dios terrenal con licencia para encarcelar, perseguir, infundir la psicosis de miedo entre los ciudadanos y, dicen, hasta para asesinar. Herran era el álter ego de Salazar.
Otro fue César Chávez Castillo, alias El Barba Sucia. Hombre de aspecto desaliñado, andrajoso, con mal aliento bucal. Alto, flacucho. Jorobado. Dientes sarrosos, uñas largas y mugrientas como las del Monje Loco, pero con un poder colosal otorgado por Salazar que le permitía hacer y deshacer a su antojo y cumplir diabólicos caprichos en toda la estructura gubernamental.
Periodistas, dirigentes sociales, organismos autónomos, los otros dos poderes (el Legislativo y Judicial) padecieron con fiereza, resignación y pavor la brutalidad salazariana.
Y ahora el ex preso 8476 se atreve a regresar a Chiapas campante y temerario, desafiante, en una artera provocación a las instituciones políticas y una ofensa al pueblo de Chiapas que no olvida sus ultrajes.
Los seis años siguientes procrearon a muchos Juan Vargas, el personaje de la Ley de Herodes. Con lemas como el que no tranza no avanza, o el de o chingas o te jodes, en esa etapa el carnaval de pillaje no tuvo límites.
Así, al igual que Vargas que de ser el administrador de un basurero se vuelve rico, sujetos convincentemente miserables se ungieron en imponentes hombres de negocios, magnates con gustos excéntricos para la comida y el vino. Hoy pasean por Europa y en lugares míticos del Medio Oriente; juegan al golf o, los más decentes, transcurren sus días placenteros en sus casas de Cancún, Acapulco o Cabo San Lucas, en Baja California.
EL POINTER DESTARTALADO
Nemesio Ponce Sánchez trabajaba de camillero en un hospital de la Ciudad de México. Un automóvil pointer destartalado formaba parte de su único patrimonio y el más valioso. Allá le quedó a deber al mecánico que una vez le reparó el pointer cuando éste sufrió un desperfecto en el embrague.
También debía tarjetas departamentales. A estas alturas es multimillonario y hasta podría destacar en la lista de Forbes en cualquier momento. Si El Chapo apareció en Forbes, porqué Nemesio no.
Y qué decir de los hermanos Alejandro y Antonio Gamboa López. Tenían un cibercafé llamado la canica azul y, me cuentan, vendían arroz con leche, pan y tamales en la antigua terminal de autobuses Cooperativa Tuxtla, por los rumbos de San Roque. Ambos poseen fortunas propias de un jeque.
Yassir Vázquez Hernández fue alcalde de Tuxtla sin una escolaridad sobresaliente. Sólo se graduó de la prepa uno. Su único mérito es que era el bufón en la camarilla jefaturada por el doctor Ponce. Comía botanas y tomaba cervezas en la cantina El tubazo, al norte de la ciudad. Hoy su capital también es de escándalo. Y uno se pregunta ¿de dónde se hizo de mulas Pedro?
La deuda, como sabemos, es de 40 mil millones de pesos producto de la rapiña cometida por la banda de Ponce Sánchez. Pasarán tres décadas para que los chiapanecos podamos pagar sólo los intereses. A cada uno de los chiapanecos nos toca desembolsar mil 717.17 pesos al mes. Lo haremos durante treinta años.
Una fuente de muy alto nivel me ha confiado que la demanda que existe en la PGR desde abril de 2013 no se ha engavetado. Aunque no hay una fecha clave, es muy posible que en los próximos meses los ladrones dejen las camisas Ralph Lauren y Scapinno para vestir el uniforme naranja del penal El Amate.
EL ALCALDE QUE NO SABÍA
¿Ignoraba el alcalde de Chiapa de Corzo, Héctor Gómez Grajales, a lo que realmente se dedicaban los policías (al menos 19) bajo su mando? El caso, que ocupó espacios importantes en la prensa nacional, huele a mucho sospechosismo. Un sospechosismo nauseabundo.
Como primera autoridad del municipio, Gómez está informado de lo que hacen o dejan de hacer sus subordinados. Por principio elemental de autoridad, él tenía qué saber en qué pasos andaban esos agentes que ya están presos y podrían alcanzar una condena de hasta 50 años de cárcel.
El procurador Raciel López Salazar ha dicho que se llegará a fondo y hasta las últimas consecuencias para llevar frente a la ley a los implicados en esa red de criminales, cuyo cordón umbilical estaba atado a la comandancia del ayuntamiento de Chiapa de Corzo. Qué desagradable.
En Chiapa de Corzo están exigiendo que las pesquisas alcancen a toda la familia del alcalde empezando por su hermano gemelo Hernán Gómez, porque creen que allí podría estar la clave para desenmarañar el enjambre que, insistimos, despide un olor fétido.
Desde que gobiernan los Gómez, en Chiapa de Corzo extrañamente la delincuencia se ha desbordado a la par de las cantinas en pleno centro de la colonial ciudad.
Hoy el alcalde Gómez se da baños de agua bendita y golpes en el pecho. Yo, de verdad, tengo dudas. La procuraduría también.
NORTES
CON miras a 2018, el PRI debe mandar a la cárcel a Javier Duarte. La deuda que dejó el monstruo de Veracruz es de más de 41 mil millones de pesos. En los seis años del duartismo, Veracruz se convirtió en un río de sangre en donde los malosos gobernaron. Sí, debe ir a la cárcel...ME parece que el secretario de gobierno Juan Carlos Gómez Aranda es un buen hombre, de muy buenas intenciones, culto y respetuoso. Pero ya dio todo lo que tenía qué dar. Mucho ayuda el que no estorba, aconseja el refrán...ES TODO.