·         El líder de los diputados priistas llama al electorado a valorar la oferta política de los candidatos de su partido y no dejarse llevar por las investigaciones penales que se siguen contra exmandatarios tricolores

 El expresidente nacional del PRI, César Camacho Quiroz, consideró que los electores del Estado de México, Coahuila, Nayarit y Veracruz deben valorar la oferta política de los candidatos a puestos de elección popular y no dejar que en el proceso electoral influyan las investigaciones penales en contra de los exgobernadores impulsados en su momento por el tricolor.

Es evidente que la víspera de las elecciones enrarece el ambiente, nosotros no queremos que esto ocurra ni a favor del PRI ni en contra del partido, que los asuntos del orden penal corran por su propia vía y que no influyan en el ámbito de los electores, que a mi juicio deben calar a los candidatos, deben valorar la oferta política y cada partido echará mano de su organización como mejor pueda", dijo.

Tras las investigaciones en contra de los exgobernadores de Veracruz, Javier Duarte; Chihuahua, César Duarte; y Quintana Roo, Roberto Borge, el también coordinador de los diputados del PRI resaltó que el partido no es responsable de los actos ilegales en los que incurrieron exmandatarios.

Una organización, y el PRI lo es, de la política, no es responsable de nada. Si alguien, independientemente de la investidura actual o anterior comete un delito, que se proceda con la dureza que ameriten los actos que le atribuyen", exclamó y resaltó que el PRI está en contra de la impunidad, "trátese de quien se trate".

Por otro lado, respaldado por los diputados Martha Tamayo y Armando Luna, reiteró que la figura del arraigo es contraria al nuevo sistema penal acusatorio y ha fomentado la tortura y otros tratos crueles.

Entre 2008 y 2011 se arraigaron a 6,562 personas, pero apenas el 3.2% recibió sentencia condenatoria; en el 2016, precisó, sólo se tuvieron 25 casos de arraigo.

LOS MEDIOS ME VALEN MADRE: JUAN TRINIDAD

“Lo que digan los medios no me quita el sueño”, respondió con su ya característica prepotencia Juan Oscar Trinidad Palacios, presidente de la Comisión de Derechos Humanos de Chiapas, cuando un reportero le preguntó sobre las graves acusaciones que una y otra vez se le hacen por su ya conocida incompetencia y apatía. Quiso decir me vale madres, pero se contuvo.

Llamarle Ombudsman sería una majadería porque, de acuerdo a la definición de la Real Academia de la Lengua, Ombudsman es un defensor del pueblo. Aquí es al revés: nosotros debemos cuidarnos de su megalomanía. Qué contraste tan infame.

Hay mucho qué decir de Juan Trinidad y como lo que digamos de él no le quita el sueño, vamos a empezar por su arbitraria designación porque desde entonces hubo una violación maquinada a la ley orgánica de esa Comisión.

 1.- Trinidad llegó a la CEDH  porque aquella legislatura (la LXV), herencia de Juan Sabines Guerrero, pasó por encima de la Ley Orgánica de la Comisión cuyo artículo 25 es claro y puntual.

Para ser Ombudsman, el capítulo III  de ese artículo dispone: Contar con experiencia en materia de derechos humanos o actividades afines reconocidas por las leyes mexicanas y los instrumentos jurídicos internacionales. El capítulo VI (mismo artículo) mandata: Gozar de buena reputación.

Trinidad fue concebido en las cavernas del PRI, por lo tanto es un ignorante y primitivo en materia de derechos humanos. Ha sido diputado local, diputado federal y dirigente del PRI. También es notario público número 21 con residencia en Tonalá, Chiapas.  Es escasa su preparación académica y difícilmente sabe quién es San Agustín de Hipona y la etimología de los derechos humanos.

Su único mérito es ser dueño del hotel más lujoso de Puerto Artista, allí en donde varios colaboradores del ex gobernador Sabines fueron arrullados con el canto de las olas,  vieron caprichosos atardeceres y se emborracharon con whisky dilapidando el erario de la manera más canallesca y repugnante que tengamos memoria.

 (Tengo el dato de que a joven señora, en uno de los aquelarres de alcohol, la arrastraron de ida y vuelta  por todo lo largo de la playa en una tarde risueña y lloviznosa).

Hubo una mafia política que sacó en la oscuridad el nombramiento de Juan Trinidad. El operador de esa mafia fue José Albores Trujillo, diputado presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Congreso en esos tiempos y con un gusto conocido por recorrer los antros de la capital tomando margaritas. Albores y Trinidad son de coyotes de la misma manada.

2.- El tema de la reputación es otro quid. El señor es rico ganadero en su zona (Tonalá) y se vio embrollado en un conflicto laboral con el médico veterinario Ricardo Cano. El asunto nunca llegó a los tribunales porque, se supone, usando toda su influencia política y económica Juan Trinidad habría amenazado en repetidas veces al médico Cano.

He buscado al médico Cano para profundizar en el caso pero parece que se lo tragó la tierra. Algunas fuentes periodísticas me dicen que tiene temor de hablar por el poder que posee su antagonista.  Trinidad presuntamente le quedó debiendo fuerte suma de dinero.

159 MIL AL MES

3.- Los sueldos escandalosos de la CEDH en Chiapas incluso superan los devengados por titulares de comisiones estatales de derechos humanos como el del Distrito Federal, que recibe un salario neto de 119 mil 418 pesos; el de Nuevo León, con  95 mil 397 pesos y el del vecino estado de Oaxaca que percibe un salario mensual neto de 68 mil 535 pesos.

A Juan Trinidad tampoco le causan insomnio los fétidos olores de corrupción en ese organismo, pues se habla de que toda su parentela está en la nómina. Hay amagos de despidos, retrasos de salarios y cancelaciones de prerrogativas de ley a los trabajadores de la propia comisión, inauditas en una institución que está para velar y proteger los derechos de la gente.

Todo este tiempo los chiapanecos hemos dormido con el enemigo.

ALBORES: LA BODA DEL AÑO ¿CUÁNTO GASTÓ?

POR mucho, la boda del senador chiapaneco Roberto Albores Gleason con Karla Esmeralda Méndez Marrufo, originaria de Yucatán, podría considerarse el evento del año en la socialité mexicana, no sólo por el presupuesto que según se invirtió, sino porque concurrió toda la clase política país. Los hombres de dinero no podían faltar. A Albores ya lo ven como el próximo gobernador de Chiapas.

De acuerdo a las estimaciones, la familia del Senador gastó 200 millones de pesos en el bodorrio.  La recepción fue en la hacienda  Tetik de Regil, de Mérida, Yucatán, propiedad del ex banquero Roberto Hernández, muy cuatacho del ex presiden Carlos Salinas de Gortari. La misa la ofició el cura Joel Padrón, de Simojovel, ligado a Samuel Ruiz García y un especialista en guerrillas urbanas. (En otras entregas daremos más datos).

NORTES

HUGO Pérez Anzueto es el as bajo la manga que trae Roberto Albores Gleason. Anzueto se puede convertir en  líder del PRI. Sería una asunción a modo…ACOMPAÑADO del ex presidiario Federico Ruiz Gamborino, Mario Escobedo Madrid, hijo de Arely Madrid Tovilla, recorre Chiapas con un portafolios lleno de lana. Anda soliviantando a los priístas…ES TODO.

La carencia más significativa en el mundo de la política actual es, paradójicamente, el ancla que los partidos lanzan al fondo de su propio fango, para aferrarse a un discurso poco convincente cuando no, oportunista e ineficaz. La figura del “liderazgo moral”, ha desaparecido desde hace décadas de los institutos políticos, sean éstos de izquierda, de derecha, de centro o de cualquier posición ideológica. 

Hace unos días, el izquierdoso Partido de la Revolución Democrática (PRD), alzó en hombros al diputado federal Diego Valera Fuentes —que recientemente renunció a su militancia dentro del gobernante PVEM—, a quien de inmediato, se otorgó el título de “líder moral” de ese partido, al que apenas en la última elección, atacó rabiosamente y acusó de todos los delitos electorales posibles. 

No debería arrastrarnos a terrenos de la sorpresa ese tipo de actos políticos, principalmente al interior de la izquierda mexicana, urgida de nombres para fortalecerse numéricamente; de hecho, el 90 por ciento personajes componentes de esa corriente ideológica, han pertenecido al odiado Partido Revolucionario Institucional (PRI).

Llama la atención porque con ello, el sistema partidista mexicano envía mensajes perturbadores a la sociedad. En primer lugar, revelan la pérdida de conocimiento general de reglas comunes y sencillas que deben seguirse, para reconocerse entre ellos y ubicar a cada uno en su justa dimensión. 

En segundo, ponen en evidencia la falta de criterios partidarios sólidos que garanticen la idoneidad de quienes aspiren a ser parte de sus filas. Tercero, dejan en claro que la lealtad, no es una exigencia, lo que vulnera sus estructuras y pone en riesgo la credibilidad de los partidos. Cuarto, que el trabajo de años que han realizado algunos viejos militantes del PRD, no cuenta; en cambio sí, el arribismo de un niñato que apenas sabe deletrear las siglas de ese partido. 

Todo indica que la urgencia no es convencer a la sociedad con acciones coherentes y responsables, sino atiborrar sus filas con personajes que solo aportan descrédito y desconfianza. Elevar a rango de “líder moral” a un diputado federal que ha pasado por diversos partidos y se cambió de siglas, no por convicción sino por ambiciones personales, ha sido un craso error de la dirigencia nacional de ese partido. 

Un error calculado, por supuesto. Un “error” que reditúa, no votos, sino posiciones perfectas para el chantaje político y la componenda electoral que mantenga los privilegios de los dirigentes. Esa y no otra es la triste realidad de la izquierda mexicana, que se ha convertido en una especie de drenaje, por el que circulan políticos corruptos, desleales, mentirosos, deshonestos y oportunistas.

¿Saben en el PRD qué es un “liderazgo moral”? Para constituirse un liderazgo de esa índole, es necesario que líder y seguidores, posean un alto sentido de dignidad, lealtad y compromiso con la causa que encabezan. Debe reunirse una serie de elementos, valores y principios éticos, además de conocimientos profundos de las metas que se persiguen. 

Es notorio que quienes han elevado de categoría a un advenedizo, no han leído a Sartori, Laporta o Kuschera; desconocen elementales normas políticas que en el pasado, con todo y sus defectos, hacían del partidismo, entes respetables e instituciones autorizadas para influir en las formas de gobierno. 

Un verdadero liderazgo debe asentarse en buenas costumbres, creencias firmes, ideas sólidas, valores incuestionables y principios inatacables. Fundarlo en lo contrario, como sucedió con Valera Fuentes, es ir contra la corriente general que exige liderazgos confiables y políticos serios.

¿En qué se han basado para nombrar “líder moral” a un personaje que anteriormente había traicionado a ese mismo partido?  ¡Es incongruente! Ese título solo deberían tenerlo quienes han permanecido en las filas del PRD desde su fundación; quienes a pesar de los graves problemas internos, han defendido su ideología e incluso, han sufrido persecución y cárcel por ello. ¿Pero, Valera? 

Puede ser que los dirigentes del PRD estén a tiempo para revertir esa decisión. A menos que prefieran la burla y el encono al interior, la mantendrán, lo cual significaría el retorno al tristemente célebre “cochinero” con que empezó su debacle. La moral, no es cosa de posturas y oportunismos, sino de actos que revaloren al ciudadano y recompongan la desordenada política del país.