Se rebela Obispo Arizmendi de SC
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· Lanza graves declaraciones; afirma que hay problemas de fondo que resolver en Simojovel
Luego de que en mayo del 2015, dos niños murieron y otros 37 sufrieron reacciones alérgicas ocasionadas por la supuesta aplicación de vacunas por el personal del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS)-Prospera en la comunidad La Pimienta, municipio de Simojovel, el obispo de la Diócesis de San Cristóbal, Felipe Arizmendi Esquivel, reveló que no todo se ha cumplido.
“Hubo promesas que se hicieron cuando murieron aquellos niños en la comunidad de La Pimienta que no se han cumplido, entonces hay que reactivar y que se puedan cumplir las promesas, prometieron clínicas, una pensión vitalicia, el camino, algunas cosas se están haciendo pero otras faltan por hacer”, mencionó.
Entrevistado después de la misa de mediodía, lamentó que en aquel municipio existan problemas de alcohol, droga y hasta el tráfico de armas, que son un reclamo constante de solución por parte de la población, “pero hay más problemas de fondo en Simojovel, como por ejemplo se terminó el hospital pero no está funcionando, no hay ni médico, ni medicinas, ni equipo, tienen un problema grave del agua potable, hay problemas de fondo”.
En otros temas, cuestionado sobre el asesinato de los sacerdotes, Alejo Nabor Jiménez Juárez y José Alfredo Juárez de la Cruz, encontrados el pasado lunes 19 de septiembre en la ciudad de Poza Rica, Veracruz, Arizmendi Esquivel lamentó sea el resultado de la descomposición social.
“Nos duele muchísimo que haya acontecido no solo con sacerdotes, porque eso nos duele con cualquier persona, en Veracruz, Michoacán, en Chiapas o en cualquier parte, eso nos duele sean o no sacerdotes. Esto también nos indica una descomposición social porque si esto pasa con personas que normalmente la mayoría respetan y valoran, porque la mayoría de sacerdotes son gente de confiar, gente bien aceptada en la comunidad, si esto pasa con ellos, toda la gente tiene más miedo de que le puede pasar a cualquier persona”, dijo.
Refirió que muchos casos de secuestro se hagan a personas que no tienen mucho dinero, “en mi pueblo natal, que también lo secuestraron, y a veces porque les piden 10, 20, 30 mil pesos, cualquier cosa, pero todo el daño que causan, hay gente que no tiene ningún valor, esta situación de los secuestros y la violencia es una descomposición social muy preocupante, por eso insistimos que en la familia hay que poner cimientos para que no sea el dinero lo que más importa a algunas personas”.
Por ultimo aseguró que en Chiapas no existen amenazas en contra de sacerdotes, aunque se han dado “intentos de extorsión telefónica, eso ya hace tiempo, hace dos tres años, pero no de otro tipo de secuestros”.
“Esta situación de los secuestros y la violencia es una descomposición social muy preocupante, por eso insistimos que en la familia hay que poner cimientos para que no sea el dinero lo que más importa a algunas personas”.