* Se movilizan Ejército y decenas de policías por presunto hundimiento en el parque central de la capital
Una gran movilización de autoridades municipales, de auxilio y hasta del Ejército Mexicano, provocó el supuesto “hundimiento” que se habría registrado sobre la Calle Central, donde se localiza el paso a desnivel de esta capital, generada principalmente por la mala conducción de comentarios que se vierten en las redes sociales.
Se trataba de un agujero de aproximadamente 40 centímetros cuadrados sobre la Calle Central y 1ª. norte, precisamente sobre el paso a desnivel, donde algunas personas colocaron una llanta como aviso para evitar que algún vehículo pudiera sufrir un desperfecto.
Sin embargo, tan pronto amaneció, las autoridades cerraron la circulación sobre la Calle Central, pero en las redes sociales comenzaron a circular distintas versiones que alertaban sobre un hundimiento y hasta la caída del paso a desnivel, causando alarma entre la población.
Personal de Protección Civil y trabajadores del Ayuntamiento acordonaron la zona y comenzaron a realizar los trabajos de reparación de esa parte de la calle, pero hasta el sitio también llegaron elementos del Ejército Mexicano, para implementar el Plan DN-III-E, en caso de ser necesario, pero todo resultó negativo.
Y una vez más se comprueba el daño que pueden hacer las redes sociales si no se les da un uso adecuado. Lo mismo pasa en las cuestiones políticas, pues algunos usuarios sólo acuden a esa herramienta para difamar, calumniar y a faltarle el respeto a otros.
EL EFECTO LETAL
Uno de los personajes más afectados por el fenómeno de las redes sociales es el presidente Peña Nieto, sobre todo a partir del caso Ayotzinapa, pues aún cuando se ha documentado que los presuntos estudiantes no eran simplemente normalistas, sino que tenían nexos con el crimen organizado, el twitter, el facebook y el whatsapp se han empleado desde entonces para señalar que se trató de "un crimen de Estado", pero la realidad es otra.
Para fines políticos, los llamados troles son individuos que crean gran cantidad de cuentas apócrifas y que las usan para difundir informaciones dolosas, denostar e infamar. Y aquí aplica el dicho de que una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad.
Andrés Manuel López Obrador, alias el pejelagarto, es uno de los más beneficiados con la influencia negativa de las redes sociales. Se cree que invierte miles de millones de pesos en una red de troles en todo el país que todo el día están frente a una computadora para repetir, una y otra vez, cuantas veces sea necesario, temas como el de Ayotzinapa, la casa blanca o la mafia del poder. Al final la gente se indigna porque una mentira tantas veces repetida ha hecho eco.
En Tuxtla hace un par de años ocurrió algo similar con dos casos que fueron notorios: uno se le conoció como "la camioneta blanca" y el otro fue sobre una presunta cadena de secuestros de niños a quienes les extraían sus órganos para venderlos en el mercado negro.
Fue tal la psicosis colectiva que hubo varias marchas de tuxtlecos. Atrás estaba, sin embargo, la perversidad de Alejandra Soriano Ruiz, una ex diputada del PRD que a través de twitter, fb y whatsapp lleva agua a su molino político.
Ayer otra vez los tuxtlecos otra vez fuimos atrapados en el fenómeno de las redes sociales.