El municipio de Ixtacomitán que es gobernado por un presidente municipal priista está en franca decadencia. En este momento existe división total entre el presidente y el Cabildo en pleno, porque la mayoría está en desacuerdo con las imposiciones del presidente.

Debido a su falta de tacto político y su prepotencia, Lorenzo Reyes Calderón actúa con las vísceras en la mano y todo lo que él cree que es ley, para él es ley. No toma en cuenta que la ley orgánica municipal indica que el H. Cabildo tiene la facultad de destituir hasta al propio presidente, si éste no hace bien sus funciones.

Se han descubierto infinidad de casos de presunta corrupción en las obras que se realizan en el municipio y que sólo están beneficiando a un grupito de personas, al presidente, al tesorero y al director de obras, quien ayer fue destituido.

El presidente siempre ha sido persona de recursos, pero el tesorero y el director de obras nunca en su vida habían tenido una minita de oro y lo demuestran adquiriendo bienes y vehículos que en su vida habían soñado.

Todo esto es solapado por el presidente que, al no poner orden, ha perdido el poder y ahora tiene a todo el Cabildo en contra, lo que pone en peligro la estabilidad política del municipio.

Al notar toda la corrupción y que nunca se dieron a conocer en las sesiones de Cabildo, los regidores en su mayoría se dedicaron a investigar y con expedientes en mano recorrieron las obras que se están realizando en la cabecera y comunidades, dando por resultado que tomaron la decisión de correr al director de obras pese a la oposición del presidente.

Los habitantes de este municipio han manifestado su apoyo total a los regidores y al síndico municipal, ya que están haciendo su trabajo tal como debe de hacerse: sin extorsiones ni sobornos.

Ahora tiene que intervenir el Congreso del Estado para evitar enfrentamientos en el ayuntamiento. El alcalde apoya a su director de obras destituido y el pueblo a los regidores y al Síndico que tomaron la valiente decisión de ponerlo de patitas en la calle.

UN PRI SIN VIDA EN LA ZONA NORTE

Ya se acercan las elecciones del próximo año y en la zona norte del estado el PRI está totalmente acabado, ya que no tiene ni pies ni cabeza. Los priistas están emigrando a otros partidos. Los presidentes municipales emanados de este partido son únicamente dos, de los cuales sólo uno es el que está dando la cara por su partido.

Este es el de Ostuacán, quien con su labor está sacando un poco del bache o de la tumba al PRI, porque el otro lo está hundiendo más. Nos referimos al presidente municipal de Ixtacomitán.

La crisis que asfixia al PRI es por sus malos operadores como sus representantes en cada uno de los municipios de la región, quienes debido a que son incondicionales del líder Roberto Albores Glesson no hacen nada por salvar a este partido de una muerte eminente en las próximas elecciones.

El caso de Pichucalco ya es fatal, ya que su dirigente está dedicada a sus labores cotidianas y no a levantar el ánimo entre los priistas o a unificarlos; al contrario, día a día son más los que buscan opciones en otros institutos políticos.

Los datos y las estadísticas no mienten. En las elecciones de hace 10 años a la fecha han caído desmesuradamente e incontrolable, ya que el PRI tenía en ese entonces más de 4000 votos cautivos y seguros por cada elección, y en la última contienda sólo sacó la ridícula cantidad de 700 votos.

Esto demuestra que sin lugar a duda sus dirigentes, desde el estatal hasta el municipal no dan una y son incapaces de salvar a su partido.

En Pichucalco el que le dio jaque mate fue Andrés Carballo Bustamante cuando fue presidente municipal, ya que, debido a sus imposiciones y su descaro de hacer las cosas a su criterio, perdió todo el valor que tenía y como partido fuerte se fue hasta el último lugar.  Por las imposiciones los priistas salieron en desbandada hacia otros partidos.

Ahora el edificio del PRI se ha convertido en un gimnasio, en oficinas de un sindicato que ni es priista, menos una oficina de partido en donde se den gestorías o tareas para impulsar a la militancia.

La dirigente nunca se le ve por ahí y menos convoca a las famosas reuniones mensuales. El PRI en Pichucalco es un desastre. –

Ya estamos a escasos días de que quede declarado por el INE año electoral en todo el territorio mexicano. Como sabemos, se elegirá presidente de república y en varios estados como Chiapas, cambiarán todos los poderes, desde el gobernador hasta los presidentes municipales.

Para estas elecciones ya hay muchos anotados que quieren ocupar la silla del segundo piso del palacio de gobierno en Tuxtla Gutiérrez.

Pero ¿quién es el más indico para ser gobernador?

Esto lo decidirán los electores, pero hay que ver los perfiles de todos los participantes y decidir quién tiene las tablas y las estructuras que puedan sacar al estado adelante en todos los rubros, ya que hay muchos temas que se han descuidado desde hace varios sexenios.

¿Quién de ellos tiene estos requisitos? Pues son muy pocos y eso es lo que hay que decidir a la hora de emitir el voto porque de eso depende que salgamos del bache en el que está Chiapas.

Había que analizar a los contendientes para determinar quién tiene los conocimientos de la problemática del estado; quién conoce todos los municipios y sabe de las necesidades de los campesinos, de los ganaderos, de los productores, de alimentos básicos, de la industria, de los comerciantes; en fin, de todos los factores y actores que componen la economía de un estado.

Y lo principal: Que sepa ser mediador, ya que hay muchos conflictos sociales en todo el estado que han repercutido en su crecimiento económico y han ocasionado muchos crímenes hasta el riesgo de que pueda darse un estallido social.

Alguien que conozca todos y cada uno de los problemas que pulsa cada municipio, ya que esto es muy primordial porque los anteriores gobiernos se concretaron a atender solamente a unos cuantos municipios cuando en la realidad son muchos los que necesitan la atención de los gobernantes para salir de la pobreza y de la marginación.

Si en estas elecciones se elige a un gobernador con estas características, aunque los presidentes municipales o diputados locales salgan malos, habrá quién los meta en cintura y los obligará a rendir cuentas claras de los dineros destinados a cada municipio.

De todos los que aspiran a gobernador, son muy pocos los que cuentan con estas habilidades y no damos nombres porque no es tiempo, pero los lectores sabrán a quienes me estoy refiriendo, ya que es obvio y notorio quiénes son los que pueden componer a un estado que desde hace varios sexenios está en el olvido por parte de sus gobernantes.

Digan lo digan, comenten lo que comenten, una de las mejores diputadas locales que ha tenido la Zona Norte es sin lugar a duda Dulce Rodríguez Ovando, mujer humilde, de una familia honorable de Pichucalco, quien a pesar de ser nueva en la política ha demostrado una excelente gestoría social.

De los diputados que han pasado por esta región son muy pocos de los que podemos decir que han hecho algo por ella.  Otro que podemos nombrar es a Miguel Arturo Ramírez López, quien también tiene su mérito.

Pero la que más ha destacado por ser una persona que ha sabido llevar las gestiones hasta las más alejadas rancherías y comunidades, es Dulce Rodríguez Ovando, que en casi 2 años de gestión se ha sabido ganar el aprecio y la estimación de los habitantes de la zona norte del estado.

De los últimos diputados que se tiene historia, ninguno de ellos había venido constantemente a la zona. Cuando eran elegidos se iban a la capital y nunca más se les volvía a ver; únicamente en inauguraciones de feria o eventos sociales.

En los próximos días rendirá su segundo informe de labores en el municipio que más votos le dio Reforma, ya que la votación que obtuvo fue histórica: más de 55 mil votos, cuando los anteriores alcanzaban los 25 o 30 mil votos.

Otra diputada que pasó desapercibida es Flor Ángel Jiménez Jiménez, quien se dedicó a pasear olvidándose que la zona norte se compone de 11 municipios y al igual que los otros solo se le veía en fiestas y ferias.

Los tiempos políticos han cambiado y esta legislatura ha sido diferente, ya que, por instrucciones del presidente del Congreso del Estado, Eduardo Ramírez Aguilar, los diputados locales se han dedicado a visitar sus municipios para escuchar las necesidades, darles solución y gestionar los recursos necesarios.

Estamos seguros de que, si para la próxima contienda electoral la diputada Dulce Rodríguez Ovando quisiera buscar la reelección, lo lograría sin tanto esfuerzo debido a la simpatía y el cariño que los habitantes de la zona norte le tienen.