·         Luego de las mesas de diálogo que se mantuvieron con la alcaldesa Rosa Pérez Pérez

 Ciento sesenta y dos  personas de 42 familias de la comunidad "Nuevo K'anolal" del municipio de Chenalhó, que se desplazaron ante las amenazas con arma de fuego que sufrieron el pasado 28 de abril del 2016, retornaron este martes, luego de las mesas de diálogo que mantiene la primer mujer presidenta de este municipio tzotzil, Rosa Pérez Pérez.

Fue alrededor de las 12 del día que, a 24 días de cumplirse un año del desplazamiento, y tras permanecer en el municipio de Pantelhó por el problema post electoral,  retornaron a dicha comunidad, acompañados del síndico, Lorenzo Pérez Gómez y regidores.

Cuestionado al respecto, Alonso Pérez Pérez, agente rural de la comunidad narró que fue alrededor de las tres de la mañana del pasado 28 de abril del 2016, que huyeron de sus casas ya que seguidores de Miguel Sántiz Álvarez, realizaban detonaciones de arma de fuego cerca de sus domicilios pues ellos aprobaban el triunfo de Rosa Pérez, aun siendo del Partido Revolucionario Institucional (PRI), cuando el ganador fue de otro color.

Tras la salida de la comunidad, dijo, permanecieron primero en un salón de actos en Pantelhó pero un mes después, fueron llevados a una posada particular, gracias a la intervención de la alcaldesa de Chenalhó, pero fue complicado pues ellos estaban acostumbrados a cosechar la tierra para adquirir sus alimentos y en la cabecera todo sus alimentos los tenían que comprar, aunque un poco de los víveres se los enviaban a través de Protección Civil.

Narró que el descontento de las personas que los amedrentaron la madrugada del 28 de abril de año pasado, derivó además pues él pertenecía al Comité del PRI en el municipio.

Mujeres, niñas, niños y personas de la tercera edad subieron sus pocas pertenencias que lograron sacar el día de los hechos y retornaron a K' anolal, comunidad situada a unos 20 minutos de Pantelhó y unos 40 de la cabecera de Chenalhó, la cual no militaba con Rosa Pérez, pero al ver la disposición de ella, al gobernar sin distinción de partido, fueron convencidos.

En este sentido, Octavio Ruiz Sántiz, brigadista de Protección Civil manifestó que por instrucciones de la presidenta Rosa Pérez apoyaron a las 162 personas que retornaron, además de verificar que en el trayecto no sufrieran ningún incidente y dejándolos instalados en sus domicilios.

"De hecho estuvimos apoyando siempre dejándoles despensas semanalmente a las personas en el albergue, colchonetas y demás cosas para que pudieran tener las condiciones de pernoctar, y seguiremos tratando de apoyarlos en lo que se reactiva su vida en la comunidad", sumó.

*Libera la policía federal la carretera Tuxtla-San Cristóbal que estaba secuestrada por pendencieros de Chenalhó; exigían hasta 500 pesos por dejar pasar

Policías federales y estatales en  un operativo desalojaron  a manifestantes  de la comunidad Puebla del municipio de Chenlhó, que mantenían un bloqueo  en el Kilómetro 46  de la Autopista San Cristóbal de Las Casas- Chiapa de Corzo.

         El  operativo se realizó al filo de las 7 de la  mañana de este martes, no sin antes darse un enfrentamiento entre los manifestantes que aventaron piedras y palos a los policías que tuvieron que repeler el ataque lanzando gases lacrimógenos.

         En el bloqueo, los  manifestantes pedían a los automovilistas la cantidad de 250 pesos, a  los autobuses y camiones de carga 500 pesos para darles paso.

         De acuerdo con la información proporcionada por fuentes policíacas,  los manifestantes que se instalaron en el kilómetro 46 para realizar un bloqueo y boteo arribaron  en cuatro camionetas con aproximadamente 150 personas, y son desplazados de la comunidad Puebla del municipio de Chenalhó.

         Al  filo de las 8:10 de la mañana, el tramo  carretero quedó liberado  al replegarse los manifestantes  a la  entrada  de la Ciudad de San Cristóbal, y más tarde  realizaron una marcha  sobre el eje uno hacia el parque central  de la ciudad coleta.

         Las  autoridades de manera preventiva  desalojaron al  personal de la  Unidad Administrativa y a los abuelitos que hacían filas para cobrar el pago amanecer,  para evitar que fueran agredidos por  los manifestantes. El pago  del programa  fue  suspendido. 

·         Existe una preocupación de que el conflicto postelectoral continúe y se generen acciones violentas ante la inconformidad

 El Obispo de la Diócesis de San Cristóbal, Felipe Arizmendi Esquivel, se dijo preocupado de las acciones violentas que se pudiera generar luego del regreso de la primera mujer presidenta en San Pedro Chenalhó, el pasado 14 de marzo, luego de que quien fuera su síndico Miguel Sántiz Álvarez, intentó ganarle el puesto.

“Tengo mis preocupaciones porque hemos visto que pudiera pasar después, acciones violentas que a todos nos preocupan. La Parroquia de San Pedro Chenalhó, junto con los catequistas, no solo el párroco, han expresado una gran preocupación porque ven mucha división al interior del municipio, comunidades contra comunidades, autoridades contra autoridades”, mencionó.

“Me temo que pueda seguir habiendo sangre y es lo que más nos preocupa”, apuntó, al tiempo de dejar en claro que como obispo no le corresponde definir quién es el presidente municipal, pero le preocupa la paz del pueblo, pues existen antecedentes de violencia por la existencia de armas “que es lo que más nos preocupa”.

“Ha habido mucha presencia de armas, de uno y otro lado, las armas están ahí ocultas, y a la hora de la hora salen, estoy muy preocupado”, añadió al tiempo de señalar que espera que las autoridades estatales intervengan para resolver el conflicto entre grupos.

Apuntó que en comunicación con la Secretaría General de Gobierno, le han dicho que ni ellos han podido dar solución, porque nadie ha cedido, “y es cuando uno se pregunta qué les interesa, el poder, el dinero que hay detrás o el bien del pueblo”.

Espera que no haya reacciones violentas de quienes no están conformes con la actual presidenta municipal “que legalmente ocupa el cargo”.

El prelado invitó a la población “a no tomar acciones violentas, que puedan discutir, dialogar y cada quien ceder en sus posturas porque está por encima de todo el bien la paz social”.

Arizmendi Esquivel llamó a los diferentes líderes, pastores de diferentes congregaciones, llamen como lo hacemos en la iglesia católica, a no caer en acciones violentas, “que guarden las armas o que las destruyan, las entierren,  porque las armas no son para eso, no son para matar indígenas, pobres, de diferentes religiones, aunque este no es un problema religioso”.

Explicó que aunque en muchas ocasiones han realizado campañas de desarme, no han funcionado “porque existen grupos fuertes y además que saben dónde esconderlos,  no sería de mucho resultado, ya lo han intentado otras veces sin mayores resultados”.

“Si no hay la convicción de las personas y de los grupos, la acción de la sola fuerza del gobierno no es suficiente, aquí lo que importa es el desarmar los corazones que solamente las armas materiales”, finalizó.