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SÓLO PARA ENTERADOS Por: Húbert Ochoa (twitter: @huberochoa) Destacado

LA CEDH: BOTÍN

*EL SUELDO ESCANDALOSO DE JUAN TRINIDAD

* GANA 160 MIL PESOS AL MES POR HACER NADA

La Comisión Estatal de los Derechos Humanos de Chiapas  ha  sufrido crisis recurrentes que la han desacreditado a los ojos de la sociedad hasta compararla con una vulgar pelandusca. Allí se ha formado una  cofradía para el atraco y la impunidad.

El 29 de enero de 2014, los diputados de la LXV legislatura del Congreso local (todos ellos herencia maldita del sabinato) aprobaron a puerta cerrada la designación del priísta Juan Oscar Trinidad Palacios como nuevo Ombudsman. 

Entonces no sólo se infligió un brutal golpe a la legalidad, sino que además se perpetuó la historia de abusos y complicidades que asfixia a la CEDH desde las épocas hitlerianas de Pablo Salazar Mendiguchía, el ex preso 8476.

Impulsados por Santo Tomás de Aquino, al paso del tiempo los derechos humanos se convirtieron en utensilio fundamental para la paz en todas las sociedades. La antítesis   es la tiranía gubernamental y el caos.

Por sus condiciones de pobreza Chiapas es una entidad vulnerable en el quid de los derechos humanos. En las comunidades nativas, por ejemplo, pareciera que se vive en un estado de excepción porque la obnubilación e ignorancia son una simbiosis mortífera que desafía el orden legal establecido y ultraja el Estado de Derecho  detonando la violencia, la persecución religiosa, la orfandad, el luto y el dolor.

Como sus funciones no son las de un gendarme, la Comisión de los Derechos Humanos debe forzosamente  estar embebida de gran peso moral para ser un mediador eficaz, enérgico e infalible entre el pueblo y la autoridad velando siempre por el cumplimiento correcto de la ley.

La puerca torció el rabo en el momento en que la CEDH quedó supeditada a los caprichos políticos. 

Pablo Salazar Mendiguchía lanzó la fuerza pública cuando la CEDH hizo un amago por defender su independencia y, a través del brazo ejecutor de sus atrocidades, Mariano Herrán Salvatti, libró órdenes de aprehensión contra el abogado Raúl López Hernández y colaboradores quienes terminaron en el ostracismo. Huyeron como bandidos.

En los seis años siguientes al pabliato la anarquía se ensanchó en Chiapas y la CEDH fue rehén de la mafia comandada por Nemesio Ponce Sánchez, aquel torvo subsecretario de gobierno con poderes ilimitados en el entramado de gobierno. 

La CDH se redujo a una oficina burocrática y disoluta en la que los pleitos constantes fueron por  migajas de poder y dinero.

El ex policía Florencio Madariaga Granados; un indígena que desprecia a los de su estirpe porque él toma champán (Lorenzo López Méndez) y un hirsuto que presume de guerrillero pero que seguramente jamás ha empuñado ni siquiera una resortera (Diego Cadenas Gordillo), protagonizaron una encarnizada lucha por el control de la Comisión mientras que, desde palacio de gobierno, eran apapachados con frivolidad. Fue otro episodio absurdo, grotesco y ofensivo para los chiapanecos.

ILEGALIDAD

Los integrantes de la LXV Legislatura tuvieron la oportunidad de oro de reivindicarse con el pueblo chiapaneco. No lo hicieron. Manchados por un pasado ominoso, esos diputados fabricaron una imposición en la Comisión de los Derechos Humanos violentando la ley del Organismo. 

Incluso desoyeron las sugerencias del gobernador Velasco de escuchar las voces de todos para conformar una Comisión genuinamente concatenada a los intereses del pueblo porque, sin duda, este gobierno ha sido centinela  de las libertades y de la democracia.

Hay  dos  capítulos  del  artículo 25 de la Ley de la Comisión de los Derechos Humanos que Trinidad Palacios reprueba olímpicamente. Para ser Ombudsman, el capítulo III dispone: Contar con experiencia en materia de derechos humanos o actividades afines reconocidas por las leyes mexicanas y los instrumentos jurídicos internacionales.

El capítulo VI mandata: Gozar de buena reputación y no haber sido condenado por delito intencional que amerite pena corporal de más de un año de prisión; pero si se tratare de robo, fraude, falsificación, abuso de confianza u otro que lastime seriamente la buena fama en el concepto público, lo inhabilitará para el cargo, cualquiera que haya sido la pena.

1.- Trinidad  Palacios  no  tiene trayectoria en derechos humanos. Es un vividor  de la política  que  permanece cobijado a la sombra del PRI, partido del que fue su dirigente estatal y diputado local y  federal. En  una  franca violación de la ley, es presidente de la Comisión de Derechos Humanos y notario público número 21 del estado de Chiapas con residencia en Tonalá, su ciudad natal.

2.- Su reputación está  entre  claroscuros.  Hace un par de años se involucró en un vergonzoso asunto doméstico por una deuda de varios miles de pesos al médico veterinario zootecnista Ricardo Cano. 

De aquí se desprendió un auténtico thriller, ya que al amparo de su hegemonía política y económica, el Ombudsman ha amenazado en varias ocasiones al médico Cano. Y es que el Ombudsman es también un acaudalado ganadero en la Costa y dueño de lujosos hoteles en Puerto Arista.

Cano no acudió a los tribunales judiciales por temor a Trinidad Palacios.

MEGASUELDO

Siempre ausente de sus oficinas, ajeno a los agravios que se cometen con niñas en las comunidades nativas, el Ombudsman lleva una vida en la molicie y eso de la austeridad sólo le provoca carcajadas.

En datos duros, Juan Oscar Trinidad Palacios cobra actualmente un sueldo neto de 159 mil 513 pesos libres de impuestos y retenciones, seguido por su Secretario Ejecutivo con un salario de 112 mil 814 pesos y sus tres visitadores generales que también son de los mejores pagados en el país con sueldos mensuales netos de 87 mil 242 pesos.

Los sueldos escandalosos de la CEDH en Chiapas incluso superan a los devengados por titulares de comisiones estatales de derechos humanos como el del Distrito Federal que recibe un salario neto de 119 mil 418 pesos; el de Nuevo León, con  95 mil 397 pesos y el del vecino estado de Oaxaca que percibe un salario mensual neto de 68 mil 535 pesos.

Juan Trinidad Palacios es el más evidente estorbo para la divulgación de los derechos humanos en Chiapas. Es un político priísta servil, gandul y convenenciero que ha hecho de esa Comisión una sucursal política del PRI, ya que el mayor número de funcionarios en los puestos clave son ocupados por amigos suyos que militan o militaron en el Partido Revolucionario Institucional.

Eutiquio Velasco García, oficial mayor de la CEDH, es conocido por su turbia carrera en el PRI. Fue diputado en la LX Legislatura chiapaneca y ha sido colaborador cercanísimo de Trinidad Palacios. Velasco tiene un sueldo equiparable al que gana un consejero de la Comisión que es de 95 mil pesos al mes exentos de impuestos.

Uno de los diputados de la Cámara LXV que más promovió la nominación de Trinidad Palacios fue el también priísta José Antonio Albores Trujillo quien encabezó la Comisión de Derechos Humanos en esa Cámara. Trujillo escaló la cúspide del poder amamantado por el Senador Roberto Albores Gleasson, actual dirigente del PRI en Chiapas. 

Albores era barrendero en el edificio del PRI y de ahí saltó a una curul del Congreso, además de su conocida afición por recorrer los antros de la capital en donde se contonea al ritmo de las canciones de Paulina Rubio.

Hoy tenemos una Cámara comprometida con el pueblo chiapaneco. Los diputados de esta legislatura son hombres y mujeres a quienes los une un denominador común: su lealtad a los chiapanecos. 

Es impostergable que se recompongan el statu quo en la CEDH que sigue siendo un botín de pillos.

NORTES

SE acabó el espacio. Ciao...ES TODO.

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