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No se debe culpar a todos por el hecho de que algunos sacerdotes hayan abusado sexualmente de menores: FAE

No se debe culpar a todos por el hecho de que algunos sacerdotes hayan abusado sexualmente de menores: FAE

“No ha faltado quien afirme que los casos de pederastia clerical se deben al celibato que decidimos asumir los sacerdotes y obispos, con esto dan a entender que ser célibes nos hace inclinarnos a abusar de menores, nada más ajeno a la verdad, la pederastia sucede mucho más en la familia, por parte de papás hacia sus hijos e hijas, son muchísimos más los profesores, casi todos casados, que caen en estos crímenes abominables", aseveró el obispo emérito de la Diócesis de San Cristóbal de Las Casas, Felipe Arizmendi Esquivel.

 

Señaló que hay también algunos casos de pastores protestantes casados que fallan en eso y no por ser casados están exentos de cometer esos errores tan graves. "Lo que pasa es que ellos casi no son noticia, y los medios de comunicación no los resaltan, mucha gente ni se entera y se queda con la impresión de que esto sucede sólo en nuestra Iglesia, que es la que más está luchando por desterrar estas conductas criminales”. 

 

Indicó que la inmensa mayoría de los sacerdotes viven fielmente su celibato y no abusan de menores, el hecho de que algunos hayan cometido estas aberraciones, no autoriza a generalizar culpando a todos y al mismo celibato.

 

“Yo soy muy feliz de ser y permanecer célibe, por una opción libre y personal, consciente y sostenida, nadie me obligó a renunciar al matrimonio; lo hice porque he querido mantenerme libre para servir, donde me llamen y requieran mis servicios pastorales, no es por desprecio al matrimonio ni a la mujer, acabo de cumplir 55 años como sacerdote y me siento feliz y muy fecundo en esta vocación, el celibato no me inclina a abusar de menores, sino que me da plenitud en mi opción de ser servidor de Dios y de la comunidad”. Explicó.

 

Refirió que es particularmente importante que el sacerdote comprenda la motivación teológica de la ley eclesiástica sobre el celibato, en cuanto ley, ella expresa la voluntad de la Iglesia, antes aún que la voluntad que el sujeto manifiesta con su disponibilidad, pero esta voluntad de la Iglesia encuentra su motivación última en la relación que el celibato tiene con la ordenación sagrada, que configura al sacerdote con Jesucristo, Cabeza y Esposo de la Iglesia.

 

El obispo sostuvo que para una adecuada vida espiritual del sacerdote es preciso que el celibato sea considerado y vivido no como un elemento aislado o puramente negativo, sino como un aspecto de una orientación positiva, específica y característica del sacerdote; él, dejando padre y madre, en una comunión apostólica, por tanto, el celibato ha de ser acogido con libre y amorosa decisión, que debe ser continuamente renovada, como estímulo de la caridad pastoral.

 

“Expresemos cariño, gratitud y confianza hacia los sacerdotes que se mantienen fieles a su carisma celibatario, son padres y hermanos que han consagrado toda su existencia, no desconfiemos sistemáticamente de todos, aunque tampoco hay que ser ingenuos, si en alguno de ellos se advierten tendencias negativas, hay que ayudarle a superarlas; y si no se corrige, hay que denunciarlo ante las respectivas autoridad”, concluyó Arizmendi Esquivel.

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